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Maloclusion mordida

Maloclusión dental: ¿Qué tipos de mordida existen?

Una posición inadecuada de los dientes es sinónimo de problemas bucodentales, además de estéticos. Al tener una mala mordida aumenta la probabilidad de que se acumulen restos de comida en partes de la boca de difícil acceso en la limpieza. Esto puede generar caries, periodontitis u otros problemas, que si no se tratan a tiempo pueden volverse de gravedad. Además, una mordida incorrecta puede acarrear dolores de cabeza o de cuello, cansancio, problemas de audición y dolor al masticar.

En este post de las Clínicas IGB Dental nos referimos a los diferentes tipos de mordida por maloclusión dental, término que se refiere al mal contacto entre los dientes superiores (maxilar) e inferiores (mandíbula) al morder o cerrar la boca, debido a alteraciones en el desarrollo óseo del maxilar o de la mandíbula, así como a una mala posición de los dientes.

Diferentes tipos de mordida y tratamientos

Clase I: Es la mordida correcta, donde los dientes encajan perfectamente. También se la conoce como normoclusión y es la posición donde la cúspide del canino superior ocluye en la unión interproximal del canino inferior y el primer premolar inferior.

Clase II: En este caso se muerde más atrás de donde se debería, ya que el canino inferior está por detrás del superior. Este tipo de mordida es traumático e inestable, por lo que es aconsejable corregir con brackets, avance mandibular ortopédico, extracciones o cirugía ortognática.

Clase III: Al contrario que la de Clase II, en este tipo de mordida la mandíbula muerde por delante de la posición adecuada. El canino está a más de 3mm por delante del superior, es decir, el primer molar superior queda encajado detrás del primer molar inferior. Conocida también como mandíbula adelantada, se puede solucionar con brackets o con cirugía.

Mordida cruzada: Tipo de mordida en la cual los dientes superiores quedan por dentro de los dientes inferiores. Existe la mordida cruzada anterior y posterior. La ortodoncia es el tratamiento oportuno en estos casos.

Sobremordida: Se trata de la superposición de los dientes frontales superiores con respecto a la posición de los dientes inferiores. En los casos más graves los dientes tapan por completo a los inferiores y pueden llegar a impactar con las encías, provocando heridas y desgaste crónico.

Mordida abierta: Aquí los dientes superiores e inferiores no llegan a unirse, producto del contacto entre los dientes posteriores. Puede ser algo hereditario o por hábitos nocivos, como chuparse el dedo, morder lápices o presionar con la lengua, lo que afecta la masticación y el habla. El mejor tratamiento en esta oportunidad es la ortodoncia, con el complemento de una cirugía ortognática de ser necesario.

Protrusión: Ya nos hemos referido a este tipo de mordida en nuestro blog. Conocida como “dientes de conejo”, en la protrusión los dientes frontales superiores están hacia delante, impidiendo incluso cerrar correctamente los labios. La genética y los hábitos también influyen en este caso.

Borde a borde: Se da cuando los bordes incisales de los dientes anteriores superiores quedan en contacto con los bordes de los dientes anteriores inferiores. El desgaste del esmalte dentario producido por este tipo de mordida genera alteraciones estéticas, así como sensibilidad a la temperatura de los alimentos.

¿Aún no eres consciente del tipo de mordida que tienes y de cómo puede afectar tu salud bucodental? Pide tu primera cita en tu Clínica IGB Dental más cercana, donde te realizamos un diagnóstico con radiografía y/o escáner para determinar los pasos a seguir, en base al estado de tu boca.

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