Te miras al espejo y observas ese color amarillento de tus dientes, tan poco estético, tan poco saludable…. En fin, que te da vergüenza pensar que la persona que tienes enfrente se fija en ellos. Este es uno de los motivos más habituales por los que la gente quiere hacerse un blanqueamiento dental.
Muchas de esas personas recurren a esta solución simplemente por estos motivos de tipo estético. Sin embargo, es necesario que sepas que un blanqueamiento dental no es una técnica que puedes aplicarte por tu cuenta y riesgo en tu casa, algo que, por desgracia, sabemos que ocurre muchas veces. Por eso vamos a ponerte sobre la mesa algunas cuestiones que debéis saber:
Mitos y verdades del blanqueamiento dental
Uno de los errores que la gente comete es que cree saber en qué consiste este método y sus consecuencias, cuando en realidad, o no se ha informado previamente, o no lo ha hecho de la forma correcta. Gran error, porque la salud dental no es una broma, y debe correr siempre a cargo de profesionales odontológicos.
Mitos
- Los resultados son para siempre. Un blanqueamiento dental no te va a durar toda la vida, y menos si sigues malos hábitos como beber café, alcohol y fumar constantemente. Normalmente dura entre uno y tres años.
- Hay pastas de dientes que son blanqueadoras. En realidad son un espejismo, ya que apenas tienen un 3 % de agentes blanqueadores, por lo que los efectos se notan sobre todo en manchas superficiales. Además, estas pastas pueden ser perjudiciales para los dientes porque afectan a su sensibilidad.
- Usar chicles o enjuagues bucales es otro de los mitos que circulan y que hay que poner en entredicho. Aunque tengan agentes blanqueadores, estos productos no tienen la misma efectividad que un tratamiento efectuado en una clínica especializada como IGB Dental.
- Los empastes y carillas también se blanquean. Falso. El blanqueamiento dental actúa sobre el esmalte natural de los dientes.
- Todos los pacientes consiguen el mismo nivel de blancura en los dientes. En realidad no, todo dependerá del color del diente – que no es igual en todas las personas – y del tipo de diente. Los que tienen un color amarillo son más fáciles de blanquear que los grises, por poner un ejemplo.
Verdades
- El blanqueamiento dental es un tratamiento odontológico. Queremos dejar claro que no se trata de una solución meramente estética. Por eso no se puede acudir a cualquier establecimiento que lo oferte como si fuera una solución mágica para tener una “sonrisa perfecta”; hay que acudir a una clínica dental especializada.
- No es doloroso, a menos que sea en pacientes con un alto grado de sensibilidad en los dientes.
- Tampoco daña el esmalte – otra leyenda muy extendida -, si se aplica correctamente.
- Una correcta higiene es clave para mantener los dientes blancos. De nada sirve un blanqueamiento dental si luego no sigues los mínimos hábitos requeridos para una buena salud dental, como el cepillado tres veces al día, etc.
- Las bebidas y refrescos azucarados son muy perjudiciales, igual que las frutas y verduras que tienen un color muy intenso.
- A las mujeres embarazadas y los menores de 14 años no se les recomienda someterse a este tratamiento.
- El mejor blanqueamiento dental es el que se realiza con gel específico. Existen otras técnicas con láser o luz LED que se comercializan para usar en casa, pero no tienen esa efectividad.
Entonces, ¿blanqueamiento dental sí o no?
Con toda la información que te hemos dado, la respuesta es muy sencilla y la tiene tu odontólogo, que debe ser el que te recomiende si debes hacértelo o no y en qué condiciones.
Por eso lo mejor es que conciertes una cita con nuestros especialistas. En Clínicas IGB Dental estableceremos:
- El tratamiento que mejor te convenga según tus características como paciente.
- Las pautas higiénicas y hábitos saludables que debes seguir después de aplicar el método seleccionado para que sus efectos sean lo más duraderos posibles.
Y dejar claro también que los motivos estéticos no son los únicos que deben moverte a venir a la consulta. Para nosotros lo importante es una sonrisa sana. Y si es sana, no dudes que también será bonita.